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Demuestra que no eres un robot: ¿Qué trabajos están destinados para los humanos en un futuro no tan lejano?

La revolución del capitalismo digital pone al mundo laboral en jaque. ¿Qué trabajos tienden a desaparecer mientras la informática avanza sobre los procesos de automatización? Por Agustín Navarro Así como la revolución industrial modificó el trabajo de una vez y para siempre, la revolución digital comienza a impactar en las empresas y los estados. Las […]

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La revolución del capitalismo digital pone al mundo laboral en jaque. ¿Qué trabajos tienden a desaparecer mientras la informática avanza sobre los procesos de automatización?

¿Qué trabajos están en riesgo de extinción?
Por Agustín Navarro

Así como la revolución industrial modificó el trabajo de una vez y para siempre, la revolución digital comienza a impactar en las empresas y los estados. Las contrataciones y las tareas empiezan a fragmentarse cada vez más generando mixturas y desplazamientos muy diversos.

La tensión no es lineal ni directa. En varias industrias muchísimas ocupaciones ya han sido automatizadas por robots. Al no ser asalariadas, las máquinas no generan consumo (salvo energético) y esto en cierto aspecto representa una pérdida del PBI. Si una empresa retiene esos salarios como ganancias, es muy probable que ese capital excedente emigre del país, donde se aloja dicha industria, para insertarse en el mercado financiero global.

Las clases medias asalariadas son un factor decisivo para la estructura económica de los estados. Estas suelen relocalizar todo su salario de nuevo en la economía local y el estado de esta forma percibe un mayor volumen de retenciones impositivas: mientras más dinero circule de forma local mejor para el PBI Nacional. Por el contrario, cuando crece el desempleo cae el consumo y por lo tanto el PBI. 

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Y aunque esta dinámica no sea a veces tan evidente, ni para los gobiernos ni para las empresas, la tentación de aumentar la productividad, volver más eficientes los procesos, o abaratar costos, es inherente a la lógica de cualquier emprendimiento cuya base de sustentabilidad sea generar ganancias.  

En las últimas cuatro décadas la informática irrumpió de forma definitiva en el mundo laboral y fué un proceso poco gradual. En tan solo media generación pasamos del telégrafo al internet portable. Es muy difícil transferir una lógica sobre lo laboral de una generación a otra, cuando cada década trae una revolución de las herramientas y los medios tan significativa.

Las próximas décadas por venir serán las de las Inteligencias Artificiales. Ya existen, solo que no interactuamos con ellas en lo cotidiano, todavía. Su advenimiento modificará todo el panorama de lo laboral del mismo modo que internet impactó en nuestras vidas. 

¿Qué trabajos están en riesgo de extinción?

En primer lugar todos aquellos trabajos que puedan ser automatizables, es decir que sus procesos cotidianos, o tareas, sean altamente repetitivos. Por ejemplo, la atención al cliente telefónica hoy en día tiene un gran filtro de chatbots en su primer nivel. Si queremos hacer un reclamo hay una instancia de chat con una computadora que nos filtra y en segundo término se redirecciona nuestro reclamo a una persona física que nos atiende en línea. Esto significa muchos menos puestos de trabajo en aquellas estructuras que conocemos como Call Centers.

La administración en ciertos niveles, la contaduría, la carga de datos, el delivery y la logística, el conteo de stock, las cabinas de peajes, los cajeros en las grandes cadenas comerciales, las tareas agrícolas entre otras ya están sufriendo algún tipo de reemplazo o mixtura con opciones automáticas. Si los trabajos fácilmente automatizables van a tender a desaparecer: ¿Qué trabajos son irrevocablemente humanos?

Podemos inferir que aquellos donde la empatía y la comunicación sean factores vitales para el éxito de la tarea a realizar. La medicina por ejemplo reúne estas tres condiciones. Si bien hay grandes avances de la robótica en el área de la medicina, la figura humana es irremplazable para que el paciente deposite su confianza en el procedimiento. 

En un nivel muy similar la educación también vivirá una fuerte informatización de sus espacios laborales, pero no se puede deshumanizar un proceso educativo. Sin importar los ejemplos que podamos desarrollar, la confianza entre personas es una barrera que las máquinas, los robots, o los sistemas no pueden penetrar. 

Otra estrategia que podemos utilizar es no pensar en empleos de forma directa, sino en habilidades irremplazables y luego ver qué empleos requieren de esas habilidades. 

De acción individual existen al menos tres que valen la pena nombrar: escribir, investigar y crear. Si bien existen softwares que escriben como GPT-3, algoritmos que investigan como los que nos venden publicidad por Instagram o inteligencias artificiales que crean obras de arte únicas como Shelley: la realidad es que estos sistemas solo pueden hacerlo de forma estadística en base a antecedentes y sobre un marco de reglas muy claras y concisas.

Aunque crecen en complejidad y sus bases de datos son cada vez más extensas dependen de un input información para generar un determinado output. Su marco de acción es definido y el sistema no puede romper sus reglas de construcción, no puede ir en contra de su diseño. Produce contenido sin libertad ni conciencia, algo que tampoco sabemos qué es, pero aparentemente hace única a cada persona en este mundo. 

El segundo grupo de habilidades netamente humanas son las de interacción, entre dos o más personas. Esta segunda categoría es inclusive más difícil de imitar y sostener para una máquina o un sistema, porque al momento de generar una relación (comercial, laboral, etc) es la emocionalidad y lo cultural lo que está en juego. Hablar en público, coordinar o liderar, influir y negociar son formas de interacción intransferibles, altamente contextuales y profundamente humanas. Dependen de milenios de evolución biológica y de siglos de desarrollo cultural.

El cenit de la suma de todas estas habilidades es el trabajo en equipo, donde varias subjetividades y conciencias se unen para un objetivo acordado, una idea abstracta o un mito. 

Aunque en las próximas décadas nuestra generación pueda verse expuesta a una Singularidad Tecnológica y desconocemos en absoluto cómo será ese mundo del futuro. Puedo afirmar casi con certeza que las pymes, los pequeños colectivos de trabajo y las cooperativas tendrán una relevancia significativa a la hora de generar empleo y de crear soluciones rápidas a cambios bruscos de escenario.

Ni fanatismo ni pánico: no alcanza con leer sobre innovación en tecnología, hay que usarla, explorarla para crear, y en esa inmersión digital recordarnos qué es lo que nos hace humanamente irremplazables.

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