Estudios indican que corre riesgo de perderse casi el 35% de las abejas y las mariopas, dos especies que cumplen una función polinizadora en los cultivos alimentarios.
La población mundial de insectos está cada vez más afectadas debido al cambio climático y al uso de agrotóxicos que se utilizan para la producción de alimentos a gran escala. «Hay estudios que hablan de una reducción del 70 al 90% de los insectos en áreas protegidas», dijo a Télam Gustavo Zurita, investigador del Conicet del Instituto de Biología Subtropical (IBS)
Los últimos estudios sobre las poblaciones de insectos están focalizados sobre aquellos que cumplen la función de polinizadores como las abejas y las mariposas, ya que según Naciones Unidas casi el 35% de estos insectos están en peligro de extinción a nivel mundial.
La importancia de los polinizadores radica en que alrededor del 75% de los cultivos alimentarios del mundo como frutas, frutos secos y hortalizas dependen de ellos, informó la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
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Luis Fernando Fortich, biólogo y profesor de Entomología en la Escuela Argentina de Naturalistas, afirmó que hay «una cuestión cultural» en la relación de los humanos con los insectos. «Las personas naturalmente rechazan a estos animales porque están lejos de sí, no son perros o gatos. Hay mucho desconocimiento del impacto que tienen en el ambiente, hace falta mucha educación», aseveró.
Fortich indicó que «la presencia de insectos en el planeta fue un modelo exitoso» ya que solo el 5% del total de las especies animales son vertebrados y el restante 95% son invertebrados. De los invertebrados, el 90% son artrópodos y, dentro de los artrópodos, el 85% son insectos.
«Cumplen una función indispensable en la biodiversidad, en los ecosistemas acuáticos las larvas que sirven de alimento para muchos grupos de animales y hay insectos de suelo que ayudan en el reciclado de la materia orgánica», aclaró Fortich.
Muchos investigadores sostienen que los insectos no son sólo importantes por su aporte a la biodiversidad, sino que también porque podrían aprovecharse para consumo humano gracias a su aporte nutricional.
Este año, un equipo de investigación del INTA y del INTI elaboró budines, panes y pastas utilizando entre un 10 y 20% de grillo en polvo y los especialistas destacaron el alto aporte nutricional por su contenido proteico.
Además, una reciente encuesta de los organismos confirmó que más del 60% de los consumidores aceptaría el uso de insectos en polvo como ingrediente culinario.