La denuncia apunta a una sucursal de la cadena de heladerías Cremolatti en la Ciudad de Córdoba.

Con cerca de 75 sucursales en todo el país y cientos de empleados, la marca Cremolatti es una de las cadenas de heladerías más grandes del país. Sin embargo, parece que su crecimiento en el mercado no es suficiente para pagar el sueldo de sus trabajadores.
Una denuncia de uno de sus empleados se conoció esta semana a raíz de una investigación que hizo ADN Federal. Ante el cierre por la cuarentena, los responsables de una sucursal ubicada en Nueva Córdoba, comenzaron a exigirles que se inscribieran para acceder al bono estatal de emergencia de $10.000. En caso de que el trabajador sea beneficiario, se usaría el dinero para cubrir parte de su salario.
La noticia produjo indignación enorme en las redes por dos razones:
- Por un lado, el IFE está destinado a personas que están desempleadas, en trabajo informal o sea monotributistas de categoría A o B. Lo que demuestra que esta sucursal de Cremolatti no tiene a sus empleados inscriptos formalmente.
- Por el otro, se sabe que el beneficio es un ingreso familiar. Es decir que, si el trabajador de Cremolatti accede al beneficio, otro miembro de su familia no podrá. De esta manera la empresa coarta el ingreso a grupos vulnerables ante la crisis económica.
Según indicó el medio Gestión Sindical «todo indica que las acciones se habrían repetido en otras sucursales debido a que varias de ellas responderían a la misma persona: Germán Rocca«.

Por Cristian Dominguez