El 20 de noviembre a las 18 horas, se realizará una nueva manifestación para denunciar el abuso y la represión ejercidos por las fuerzas policiales contra los jóvenes de sectores populares. El contexto de deshumanización por las políticas estatales de ajuste será una de las banderas principales.

El próximo miércoles 20 de noviembre se desarrollará la edición N° 18° de la Marcha de la Gorra bajo la consigna: «La yuta quema, nuestro fuego se aviva». Será desde las 18 en Colón y Cañada de la ciudad de Córdoba.
La movilización se repite año tras año para denunciar el abuso y la represión ejercidos por las fuerzas policiales contra los jóvenes de sectores populares.
Este 2024 tendrá la particularidad de que será la primera en los gobierno de Javier Milei y de Martín Llaryora, en un escenario de individualismo, deshumanización, de negacionismo y donde la represión no ha dado tregua.
Conversamos con Maira Bustos, parte de la mesa organizativa de la Marcha de la Gorra y trabajadora social del Programa del Sol.
Al respecto, nos indicó que «el contexto político de este año ha sido de recrudecimiento de políticas de muerte, y de desfinanciamiento de la política pública. Y también se ha promovido un contexto de deshumanización, un corrimiento de bases de amor, de cuidado, de comunidad. Creo que lo más doloroso es embanderarse en el sálvese que pueda, en las lógicas del individualismo, la violencia por mano propia y el deseo de las violencias por encima de las existencias«.
En lo que va del año, la represión estatal se ha vivido fuertemente contra los reclamos populares como en las manifestaciones contra la Ley Bases (donde detuvieron a más de 16 personas, y algunas estuvieron presos por casi tres meses) y contra los DNU de Javier Milei, amparada bajo el paraguas de la palabra «libertad».
«Esta libertad que se plantea no tiene nada de libertad y tiene mucho de esclavitud. Estamos frente a un contexto político, de negacionismo, de reivindicación de la dictadura, un contexto de hambre, de vaciamiento, donde hay menos salud, menos educación, menos trabajo, menos derechos, menos dignidad» indicó Bustos.
La Marcha de la Gorra siempre se realiza a fin de año, lo cual pone a la sociedad dentro de un panorama de cierre de calendario, en donde se ansía el descanso y se avizora el 2025.
Pero el desarrollo de este primer año del gobierno libertario, tiene a mucha gente con energía disuelta, con pluriempleo, con muchas preocupaciones, lo que genera desmovilización: «Se distingue porque estamos frente ante cuerpos cansados, abatidos, que se están enfrentado a las políticas de shock cotidianas donde la violencia es constante, donde las formas de resolver tienen es desde la soledad, desde el miedo» indicó la integrante de la mesa organizadora.

Pese a esa situación, la Marcha de la Gorra continúa con su esfuerzo de denunciar este tipo de políticas que deshumanizan a la sociedad. Por eso, se marchará contra la represión estatal, la violencia policial, la complicidad del sistema judicial, el gatillo fácil, las muertes y tortura en instituciones de encierro, las desapariciones en democracia, y la crueldad cotidiana.
Sobre la consigna de la edición N°18 de la Marcha de la Gorra, la entrevistada señaló que no se trata de un reclamo aislado, sino de múltiples causas que nos azotan a través del vaciamiento estatal y el recrudecimiento de las políticas represivas.
«Cuando nos referimos a que la yuta quema, nos referimos a un sistema cómplice que quema, a quemarropa, prendiendo fuego, a través del vaciamiento y cuando mira al costado. Nos referimos a un sistema cómplice que quema personas, comunidades, territorios, bosques, montes, pibes, mujeres niñeces, barrios populares. Nos referimos a la yuta como un sistema de violencia política que nos atraviesa» apuntó Bustos.
Pese a la variedad de reclamos latentes en nuestra sociedad, la Marcha de la Gorra desde un principio viene luchando y denunciando plantándose contra la criminalización, contra la persecución, la torturas y la muerte de una diversidad de existencias de los barrios y de las comunidades populares.
Estamos pidiendo políticas a favor de la vida y en contra de la muerte, para que podamos pensar un mundo donde todos podamos existir, un mundo donde no tengamos que estar defendiendo nuestras existencias. No estamos pidiendo permiso para existir, estamos exigiendo respeto, condiciones y políticas para poder existir en dignidad.
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El colectivo de La Marcha de la Gorra está conformado por distintos actores como los familiares de víctimas de gatillo fácil, organizaciones sociales, centros de estudiantes, gremios, activistas, personas autoconvocadas, activistas de la cultura, de la salud, de la educación y de los derechos humanos.
El punto de unión es «un grito colectivo que tiene que ver con basta de criminalización, represión y de persecución política» indicó Maira.
Tanto en Córdoba como en el país la represión estatal no dio tregua en distintos ámbitos. Al respecto, Bustos destacó que «vivimos en un contexto en que la escalada represiva se está viendo en barrios populares, en comunidades, en instituciones estatales, en los territorios campesinos, en los territorios de las sierras. Está ardiendo Córdoba, y por eso ardemos todas las comunidades las personas y el monte».
Particularmente en nuestra provincia se visibiliza la desidia y la violencia de los gobiernos.
«En lo que va del año, son más de 20 personas asesinadas en manos de las fuerzas del estado provincial. Las violaciones a los derechos humanos en el sistema penitenciario es impresionante. Se tortura en cárceles, comisarías, penales y dependencias policiales. Estamos viviendo una crisis de deshumanización donde los sectores populares estamos absolutamente desprotegidos, faltos de políticas públicas. Estamos en un contexto donde se compran gas pimienta con el mismo monto que sale una jubilación mínima» señaló acerca de las políticas represivas en materia de seguridad de los gobiernos.
Por último, la entrevistada invitó a participar de la 18° Marcha de la Gorra que se realiza el miércoles 20 de noviembre a las 18 horas desde Colón y Cañada de la ciudad de Córdoba.
«Invitamos a construir redes de solidaridad, a levantarnos en contra de las políticas de muerte del gobierno nacional y provincial. Nosotros prendemos la llama de la lucha, la resistencia y la rebeldía, porque si la yuta quema, nuestro fuego se aviva» concluyó.