Durante el juicio, Soto intentó desvincularse de la figura de femicidio, argumentando que se trató de un homicidio. No obstante, recibió la pena máxima, solicitada por el fiscal Marcelo Sicardi.
Este miércoles 19 de marzo, pasadas las 18, Néstor Aguilar Soto fue condenado a prisión perpetua por el femicidio de Catalina Gutiérrez.
El juicio, realizado en el Tribunal N° 11 de la ciudad de Córdoba, concluyó con la sentencia a cadena perpetua por homicidio calificado, considerando los agravantes de violencia de género y criminis causa.
Soto intentó desvincularse de la figura de femicidio, asegurando que él es un «homicida», no un «femicida». El fiscal Marcelo Sicardi solicitó la pena máxima para el acusado.
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Las palabras de Soto durante su intervención generaron indignación en la familia de Catalina, quienes tuvieron que escuchar, cara a cara, cómo el acusado intentaba minimizar su responsabilidad y le restaba gravedad al hecho.
El caso de Catalina Gutiérrez es la cristalización de la realidad de miles de mujeres víctimas de violencia de género. Que la sentencia al femicida Néstor Soto siente un precedente para futuros casos similares no solo es un paso hacia la justicia, sino también un mensaje claro de que la impunidad no será tolerada. Este fallo debe ser el punto de partida para un cambio profundo en las políticas públicas y en la conciencia colectiva, que promueva la protección de las víctimas y la erradicación de la violencia machista en todas sus formas.
