Agrupaciones de la sociedad civil y académicas rechazan enérgicamente, ante el Senado, la candidatura de Ariel Lijo y García-Mansilla a la CSJN.

El pasado 15 de abril, el Poder Ejecutivo dio a conocer las candidaturas para integrar la Corte Suprema de Justicia: se trata de Ariel Lijo, juez federal, y García Mansilla, abogado, ambos nominados por Javier Milei.
Estas postulaciones fueron duramente criticadas por el cuestionable manejo que tienen en materia de derechos humanos. En 2018, Mansilla se pronunció en contra del proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo y también criticó tratados internacionales. Por su parte, Lijo, tiene denuncias en su contra por falta de investigación en casos de corrupción (entre ellas el caso AMIA) y por enriquecimiento ilícito.
En este contexto, Gides, Fundeps, El Telar y Católicas por el Derecho a Decidir se presentaron ante la Cámara de Senadores para exponer los motivos por los que los mencionados no son idóneos para los cargos postulados. En el comunicado, manifiestan que no cumplen con las condiciones requeridas para integrar el máximo órgano de justicia de nuestro país.
“Como organizaciones de la academia y la sociedad civil, con larga trayectoria en materia de derechos humanos, entendemos que la Corte Suprema de Justicia de la Nación, como principal garante de la Constitución Nacional y del Estado de derecho, solo puede ser integrada por personas cuya trayectoria refleje una sólida idoneidad e independencia, así como un firme compromiso con los principios constitucionales y derechos humanos” señalaron.
Asimismo, aludieron a una profunda preocupación por la falta de representación de diversos sectores de la sociedad en la potencial composición de la Corte Suprema. En sus palabras, “la inclusión de nuevos miembros debería reflejar la diversidad de género y de especialización temática y regional para asegurar una representación adecuada de un país federal”.
Las candidaturas presentadas por el Poder Ejecutivo Nacional cuentan con un cupo integrado casi en su totalidad por hombres, dejando al margen las vacantes para mujeres. Es necesario visibilizar esta falta de paridad de género y la ausencia de diversidad de voces.