Raúl Montenegro amplió puntos claves a tener en cuenta sobre la Central Nuclear Embalse y sus efectos sobre el ambiente.

Por Agustina Levai Campos
El pasado viernes 6 de septiembre se llevó a cabo un simulacro en la Central Nuclear Embalse, con el objetivo de aplicar un Plan de Emergencia Nuclear, en el que formaron parte activa las localidades de Embalse, La Cruz, Villa del Dique, Villa Rumipal y las comunas de Villa Quillinzo, Segunda Usina y San Ignacio.
Luego de trascendida esta acción, el profesor, doctor y biólogo Raúl Montenegro, presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (FUNAM) y ganador del Premio Nobel Alternativo 2004 se pronunció al respecto y sostuvo que se trató de una medida “poco seria y maliciosa”, puesto que no se contempló un Plan Ciudadano.
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En comunicación con El Resaltador, nos amplió algunos aspectos sobre la Central Nuclear Embalse, que comenzó a operar comercialmente el 20 de enero de 1984. Además de que su función es generar electricidad, trabaja hace casi tres décadas y, por esto, se la reacondicionó para que tenga una vida prolongada (otros 30-40 años).
“Obviamente, cualquier central nuclear con vida prolongada es más peligrosa que una que tiene todos sus componentes nuevos” sostuvo Montenegro.
En cuanto a los efectos que genera sobre el ambiente y las localidades aledañas, aseguró que, cada cierto tiempo, produce radioisótopos (elementos que emiten radiación) al agua y al aire.
“En general son bajas dosis de materiales altamente radiactivos como Cesio 137 y Estroncio 90. Pero en caso de Embalse, genera contaminantes del caso Tritio 3 radioactivo, que supera varios estándares internacionales”.
Estas descargas de materiales radiactivos, en cualquier dosis de radiación, son riesgosas para la salud y la biodiversidad.

Asimismo, hace hincapié en un posible accidente nuclear surgido de la propia operación del reactor por algún agente externo; y mencionó, como ejemplo, el caso del tsunami que afectó al complejo nuclear de Fukushima en Japón.
“En caso del peor accidente nuclear posible, Nivel 7 en la escala del INES (del Organismo Internacional de Energía Atómica), el impacto radiológico en Embalse puede ser catastrófico y contaminar zonas ubicadas en un radio de 500 a 700 kilómetros alrededor del reactor siniestrado” añadió el doctor.
Además, comenta que en el caso de la Central Cordobesa, se viene sosteniendo por años silos con combustible nuclear dispuestos cerca del reactor. En un posible accidente, se podría desatar un evento varias veces peor que Chernóbil.
“Aunque sea de cemento, su nivel de resistencia a los grandes impactos es insuficiente. Son más de 30 años de combustible nuclear agotado altamente radiactivo acumulado allí”, explicó.
¿Cómo lo evalúa la FUNAM?
Tanto la NASA como la ARN, organismo del Estado argentino dedicado a la regulación y fiscalización de la actividad nuclear, realizan simulacros pequeños sobre un área artificialmente reducida a 10 km de la central.
En el caso del simulacro realizado, cuestionan no haber preparado un Plan Ciudadano en el que impliquen a la población total. Es decir, en un posible evento catastrófico, se puede llegar a generar una nube tóxica con material radioactivo que se extienda a unos 500 y 700 km; lo que puede llegar a impactar no solo a la provincia de Córdoba, sino a las jurisdicciones y localidades aledañas.
Montenegro aclara que no hay preparación y que no existe un plan que indique consignas a la población en caso de un accidente nuclear.
Además, aseguró que “cuando las personas son preparadas, y se les proporcionan las consignas y formas de actuar, toman conciencia del enorme e incomparable peligro de un reactor nuclear de potencia”.
El entrevistado apuntó a las autoridades y las instituciones: “Esto explica por qué hacen simulacros pequeños. No quieren que las comunidades sepan la verdad de lo que puede llegar a ocurrir”.
Desde la Fundación analizan ir a la Justicia y llevar adelante una cautelar.
De igual manera, puntualizan en la importancia de preparar a los hospitales y a los trabajadores de la salud para que traten con posibles pacientes que hayan sido irradiados.