En 2023 se contaron 489.801 toneladas de carbono, medida se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera. Los resultados en Piedras Blancas marcan emisiones inferiores a predios de enterramiento sanitarios ubicados en Tailandia, Vietnam y España.
Con el objetivo de profundizar las acciones contra el Cambio Climático, la Municipalidad de Córdoba y CORMECOR midieron por primera vez la Huella de Carbono en el enterramiento sanitario de Piedras Blancas.
El estudio, primero realizado en un vertedero público y sin antecedentes en Latinoamérica, fue ejecutado por la consultora Geotellus bajo estándares internacionales de la norma ISO 14064-1. La medición cubrió el período 2023 e incluyó las emisiones directas e indirectas de GEI tanto del proceso productivo como el administrativo del predio ubicado al sur de la ciudad Capital, sobre la Ruta 36.
El informe señaló que, en 2023, se contaron 489.801 toneladas de carbono equivalente, con un factor de emisión de 0,673.
La primera medida se refiere a la cantidad de gases de efecto invernadero liberados a la atmósfera, expresada en toneladas de dióxido de carbono (CO₂) equivalentes. Por su parte, el factor de emisión refleja la cantidad total de CO₂ equivalente generada por cada tonelada de residuos procesados en el vertedero.
Casi la totalidad de las emisiones provienen de la generación de metano, producto de la descomposición de basura, seguidas por las derivadas del uso de combustibles en vehículos o maquinarias. En tercer lugar, quedaron las emisiones indirectas fruto del consumo de agua.
En ese contexto, se compararon estudios de tres vertederos internacionales que publicaron sus emisiones bajo rigurosas metodologías de cálculo. Estos muestran números más altos que los de Piedras Blancas: 0,696 (Ho Chin Minh-Vietnam); 0,772 (G-Advisory-España) y 0,925 (Phitsanulok-Tailandia).
Recordemos que el predio de enterramiento de Piedras Blancas recibe un promedio de 54.000 toneladas mensuales de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), provenientes de la ciudad de Córdoba, 29 municipios del interior y de empresas privadas.
De esta manera fija una línea base para la gestión de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) y su impacto ambiental.
En Latinoamérica es incipiente la medición de la huella, en comparación con Europa, donde es un imperativo legal, social, ambiental y económico, tanto en el sector privado como en el público.
Sin embargo, actualmente estos estudios se encuentran en auge en el sector privado debido a que muchos mercados internacionales exigen a los países en vías de desarrollo estándares ambientales para el intercambio comercial.
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Impacto
«Analizamos nuestras actividades y procesos para calcular la huella y diseñar un plan de reducción, mitigación y compensación”, explicó Constanza Mías, presidenta de la Corporación Intercomunal para la Gestión Sustentable de los Residuos Sólidos Urbanos del Área Metropolitana de Córdoba (CORMECOR).
Además de analizar la huella del carbono, mediante un proyecto de CORMECOR y EPEC, se busca capturar y transformar el metano en energía eléctrica alternativa, combustionando el biogás, lo que podría reducir hasta un 80% tales emisiones de GEI.
La valorización energética (combustión) del metano se suma a otras recomendaciones del estudio que incluyen:
- el compostaje a gran escala.
- la mejora de los sistemas de preclasificación de residuos.
- el uso de biocombustibles.
- la instalación de los sistemas fotovoltaicos de energías renovables.
- la plantación de árboles para la captura de dióxido de carbono ambiental.
- la inversión en bonos de carbono en plataformas internacionales.
De acuerdo a esas recomendaciones, en el predio se llevan a cabo acciones como la plantación de 500 especies arbóreas autóctonas en distintos sectores; y la utilización de maquinaria y vehículos con B20, un diesel formado por 20% de biocombustible elaborado a partir de aceite de soja.
Otras estrategias se materializan en el Parque de Economía Circular, ubicado en el mismo predio de 100 hectáreas del Complejo Ambiental Piedras Blancas. Allí operan las firmas Geocycle y Contrini, que generan combustibles derivados de residuos (CDR), a partir de residuos secos no reciclables, restos de poda y neumáticos fuera de uso (NFU).