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Avance del dólar en Argentina: «Hablar de competencia de monedas profundiza la subordinación de los países más débiles»

Publicado por:El Resaltador

El Presidente de la Nación, Javier Milei, detalló que el cepo cambiario desaparecerá en 2026 y que la economía argentina se encamina hacia la libre elección de moneda. Sin embargo, economistas afirman que el país ya opera bajo un esquema de bimonetarismo y en caso de que se llegue a una dolarización, “seguiríamos profundizando los problemas y las desigualdades”.

Por Gastón Marmay

En una reciente entrevista con LN+, el presidente de la Nación, Javier Milei, declaró que sin que se concrete un desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), Argentina saldrá del cepo cambiario el 1° de 2026, y que si hay desembolso, podemos hacerlo más rápido”.

«El cepo va a dejar de existir. Hay que ver cómo queda estructurado el programa. Nuestra política es dureza en lo fiscal, no negociar el déficit cero y mantener una política monetaria dura. Si después tenemos puentes financieros para acelerar, bienvenido sea», detalló.

Por su parte, el 16 de enero el Banco Central informó que aprobó un conjunto de medidas destinadas a fomentar la competencia de monedas con el objeto de permitir que las personas y los comercios puedan utilizar dólares en sus transacciones

«Estas iniciativas buscan igualar la eficiencia de los diferentes medios de pago tanto en pesos como en dólares, dinamizando el uso de instrumentos de pago en dólares para las operaciones comerciales en el mercado local» indicaron desde la autoridad monetaria.

Con este nuevo sistema, una personas podrá pagar un producto o servicio a través de su cuenta en dólares, ya sea con su tarjeta de débito física o adherida a una billetera virtual.

«Los precios de bienes y servicios podrán mostrarse en dólares estadounidenses o en otra moneda extranjera, además de figurar en pesos, indicando el importe total y final que debe abonar el consumidor», precisó el Ministro de Economía Luis Caputo. 

La medida da la posibilidad que el peso compita libremente con otras monedas, es decir, que uno elija con cuál ‘billete’ realizar la transacción.

El economista de la denominada Escuela Austríaca Friedrich Hayek (autor citado frecuentemente por Milei), por medio de textos y escritos, sostiene que si se establece un sistema de competencia de monedas, los agentes económicos elegirían voluntariamente aquella moneda que consideren más estable y confiable para todas las transacciones y los ahorros.

A su vez, detalla que las monedas mal gestionadas”, aquellas que son inestables -y por ende inflacionarias- terminarán por ser suprimidas en favor de otras que den mayor seguridad.

Cabe destacar que Hayek realiza el ensayo considerando monedas de emisión privada.

Bimonetarismo

Si bien las personas ‘elegimos’ -y descartamos- determinadas monedas, para el Licenciado en economía Pablo Díaz Almada, “las monedas más fuertes no serían aquellas que hayan sido elegidas libremente, ‘por las personas’, sino que en general son aquellas respaldadas por grandes bancos y conglomerados financieros”. 

El docente de la UNC asegura que Argentina ya experimenta una forma de bimonetarismo, porque el dólar estadounidense es ampliamente utilizado en algunas transacciones, como por ejemplo inmobiliarias y automotor, pero sobre todo como reserva de valor.

Aunque la divisa estadounidense es utilizada para ahorrar los ingresos, Alfredo Schclarek detalla que es “bastante difícil que el dólar suplante al peso porque los impuestos se pagan en pesos, los salarios se pagan en pesos, la gente compra en pesos los créditos bancarios… entonces todos esos fenómenos hacen que justamente la competencia favorezca el uso de la moneda local”.

Esto conlleva a que la demanda de pesos sea mucho más importante que la demanda de dólares. Las transacciones cotidianas se hacen en pesos, mientras que prácticamente sólo las transacciones muy grandes se realizan en divisa estadounidense.

Pese a que el Gobierno nacional continúa anunciando habilitaciones de pagos en dólares, Alfred resalta que el equipo de Milei “es bastante bueno en plantear cuestiones como una cosa novedosa, como algo extraño o que pueda generar un cambio”. 

«Me parece que es un poco más discurso que realidad, porque ya hay competencia moneda, ya hay bimonetarismo, y la realidad es que todo esto está sucediendo hace decenas de años», explica. 

Y agrega que las personas no ahorramos en pesos porque hay devaluaciones, hay inflación y tenemos que ir al dólar para ‘protegernos’. “Pero para las transacciones corrientes se está usando el peso, no se está usando para nada el dólar. Un poco creo que no está sucediendo eso de la dolarización endógena”.

La dolarización endógena es el fenómeno de la caída en la circulación de los pesos y su reemplazo por dólares (u otra moneda) para operaciones cotidianas. Suele producirse ante la escasez de pesos -por eliminación de emisión monetaria por ejemplo- y la necesidad de pagar productos y/o servicios.

De todas formas, Pablo refuerza que en un contexto en el que la moneda argentina viene “sufriendo” varias devaluaciones, se pierde confianza en el peso, lo que implica que, en la competencia, termine por favorecer al dólar u otra divisa.

«Si el peso sigue perdiendo su valor, el uso va a disminuir y eso podría llegar a acelerar, por un lado la informalización y también la exclusión financiera de aquellos que dependen de ingresos en moneda local», asevera el integrante de OTES.

Para Pablo, el sistema monetario global no opera en igualdad de condiciones “sino que está estructurado jerárquicamente. Las monedas de los países centrales dominan el sistema financiero y comercial internacional. Mientras que hay otras monedas de los países periféricos que son más frágiles, volátiles y dependientes de las volatilidades de los mercados globales.”

«Hablar de competencia de monedas estatales, en realidad, no sería una competencia genuina, sino una profundización, diría, de la subordinación de las monedas de los países más débiles o periféricos a la de los países más fuertes o centrales», apunta el profesor de la UNC.

A su vez, explica que el dinero no es una mercancía neutral, no es un medio de intercambio que puede ser emitido por distintos agentes en competencia, sino que es una institución social que surge endógenamente del proceso económico.

«Trae consigo la estructura económica o la estructura endógena de ese proceso económico. Entonces si en el proceso económico hay jerarquías o hay quienes están mejor posicionados que otros, el dinero también cumple con la función de aceitar o mantener y potenciar esas desigualdades», denuncia Pablo.

¿Afectaría una dolarización?

El bimonetarismo, en cierto sentido, permite que el peso siga cumpliendo (al menos) un rol en ciertas transacciones. En cambio, la dolarización total eliminaría por completo su uso.

Según Alfredo, el problema de la dolarización total es que el banco central o los bancos privados o estatales no tienen la posibilidad de imprimir billetes en dólares. Ante esto, el Estado y los bancos pierden la capacidad de generar dinero, de generar pesos.

«Ir a una dolarización significa que uno pierde la capacidad de hacer política monetaria y en definitiva pierde también la capacidad de otorgar créditos. Los bancos se ven limitados en la capacidad de crear dinero, no del todo pero sí están limitados», asegura el profesor de la UNC.

En sintonía, Pablo expresa que “si hablamos de una dolarización total seguiríamos profundizando los problemas y las desigualdades”.

«Las consecuencias que se señalan de gravedad sería primero la pérdida del control total de nuestro país sobre la política monetaria y también la imposibilidad de devaluar para ajustar en términos de competitividad», detalló.

A lo que sigue enumerando: «al dolarizar tenés una dependencia total -en este caso a la economía estadounidense- sin ninguna garantía de estabilidad y sin poder hacer política afirmativa en favor de algunos sectores estratégicos cubriendo necesidades sociales y también productivas», sustenta el Licenciado en Economía.

Esto generaría un vaciamiento de la política monetaria nacional: el Banco Central perdería la capacidad de regular la oferta de dinero y responder a necesidades que tenga el propio país.

Para Alfredo, durante 2024, Argentina tuvo inflación en dólares, lo que implica que el país se volvió más caro en dólares. “Si uno dolariza pierde la posibilidad de cambiar esa situación mediante una devaluación, por ejemplo”. 

«Si no podés devaluar porque dolarizaste y estás teniendo inflación en dólares, como está pasando en Argentina en este momento, tu economía se está volviendo cada vez más cara en dólares y eso puede impactar negativamente en las posibilidades que tienen las empresas de exportar o de competir contra los importados», declara el Doctor en economía.

Y agrega que esta situación puede llevar a que se destruya la industria nacional, y en definitiva, caigan las exportaciones, lo cual ocasionaría una crisis de balanza de pagos.

Ganar en pesos frente a productos y servicios en dólares

Debido al ajuste del último año, la mayoría de los ingresos de buena parte de la población se vieron afectados en términos reales

En base a datos de un informe de Fundar, antes de la devaluación de diciembre de 2023, el salario promedio del sector privado registrado se encontraba en su nivel más bajo de los últimos 14 años.

El think thank señaló que en diciembre de 2023 “el salario promedio registrado se redujo un 11,4% en sólo un mes”. 

«Si bien para septiembre de 2024 los salarios ya habían recuperado gran parte de esta caída, el promedio de los primeros 10 meses de gestión evidencia una caída del 8,4% interanual en el poder adquisitivo, situándose en niveles similares a los de 2007», detallan.

El sector más afectado fue el de los trabajadores de Transporte, que entre diciembre de 2023 y septiembre de 2024 sufrieron una pérdida del 21,4% del poder adquisitivo. Por su parte, los más “beneficiados” fueron los bancarios, con una caída del 0,3%.

Los salarios del sector público, entre noviembre del 2023 y septiembre del año pasado, se contrajeron en un 16% real y 23% en el promedio de los primeros 10 meses de gobierno.

Con sustento de estos números, Pablo asegura que “el poder adquisitivo ya se viene pulverizando desde hace tiempo y dolarizar todos los ingresos por completo implicaría fijar esa pulverización”.

Y precisa que «cuando ya viene sucediendo esta competencia de monedas, uno ve que hay un desfasaje entre los ingresos en pesos que cobran los trabajadores y los precios dolarizados que hay en la economía».

«Eso obviamente reduce el poder adquisitivo de los trabajadores y si el peso sigue perdiendo valor -y los bienes esenciales se ajustan al dólar- los salarios en moneda local quedarían obviamente aún más rezagados», detalla el Licenciado en Economía.

Por ello, sospecha que no es la estabilidad económica o el crecimiento económico del país lo que realmente les interesa, sino beneficiar aún más a aquellos sectores concentrados de la economía y del poder financiero que operan en Argentina.

A su vez, Alfredo asevera que te paguen “el sueldo en pesos o el equivalente en dólares no cambia tu nivel salarial”.

Aunque expone que “lo que sí puede pasar es que haya una corrida cambiaria o que esta falta de política monetaria y la falta de política cambiaria por dolarizar te lleve a que muchas empresas cierren o dejen de ser competitivas y deban bajar los salarios para poder recuperar la competitividad”.

La escasez de dólares, un problema

Argentina es una economía con (todavía) ‘alta inflación’ e historia de crisis recurrentes, por lo que es común que las personas dolaricen los activos. Sin embargo, Pablo explica que es un problema en un momento donde las divisas son escasas, sobre todo las del paraguas estatal. 

«Hay divisas de privados que están puestas en distintas cuentas, pero las que forman parte de las reservas internacionales del país, bueno, esas son escasas. Y hace que se debilite el uso del peso argentino y que afecte la capacidad del Estado para regular la economía», asevera el integrante de OTES.

Alfred remarca que aunque el Gobierno sea “muy bueno” en habilitar pagos en dólares y plantear medidas de este tipo “como si fueran una novedad o hasta como si fuera una solución a nuestros problemas, la realidad es que en Argentina hace rato que hay competencia de moneda”.

De todas formas, apunta que «no están haciendo mucho para que se empiece a usar el dólar, y si hicieran algo al respecto, me parece que habría más problemas todavía porque la cuestión de la economía argentina es la falta de dólares, es que no hay suficientes divisas para cubrir las necesidades».

El investigador del Conicet argumenta que si el Estado comienza a tomar medidas que fomenten la demanda de dólares, esto provocaría una corrida cambiaria y habría una ‘crisis’ porque “no hay suficiente divisas”.

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