La nueva medida atenta contra la legislación vigente, que impide la inteligencia interior, y contra la garantía de libertad de expresión. También avasalla el derecho a la intimidad.

El Ministerio de Seguridad de la Nación pondrá a disposición de las Fuerzas de Seguridad tecnologías con inteligencia artificial (IA), para reforzar el «combate contra el delito físico y cibernético».
La nueva medida es polémica. Por lo que se conoce hasta el momento, avanza sobre la legislación vigente que, entre otras actividades, impide la inteligencia interior; o sobre preceptos constitucionales, como la garantía del derecho de libertad de expresión o el derecho a la intimidad.
La iniciativa plantea, como generalidad, que todas las personas que son usuarias del ciberespacio se conviertan en objetos de investigación o sospechosos potenciales. Esto se contrapone a los sistemas republicanos y democráticos, donde se investiga a las personas acusadas de cometer un delito, no a toda la población.
La resolución de Bullrich fue publicada en el Boletín Oficial. Así, se creó la «unidad de inteligencia artificial aplicada a la seguridad» con la misión de «prevenir, detectar, investigar y perseguir delitos y sus conexiones mediante el uso de IA».
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La nueva unidad tendrá especialistas de las cuatro fuerzas federales -Policía Federal, Gendarmería, Prefectura Naval Argentina y Policía de Seguridad Aeroportuaria-, aunque también participará el Servicio Penitenciario Federal (SPF) bajo la órbita de Ciberdelito y Asuntos Cibernéticos del Ministerio de Seguridad.
«El delito cambia todo el tiempo. El Gobierno de Javier Milei siempre va a estar un paso adelante», afirmó el portavoz presidencial, Manuel Adorni, en conferencia de prensa.
Según el Gobierno, esta tecnología permitirá patrullar las redes sociales abiertas, aplicaciones y sitios de Internet y la llamada ‘Internet profunda’ o ‘dark web’.
También facilitará identificar y comparar imágenes en soporte físico o virtual y analizar imágenes de cámaras de seguridad en tiempo real a fin de detectar actividades sospechosas o identificar personas buscadas.
Otra actividad que realizaría es utilizar algoritmos para analizar datos históricos de crímenes y así prevenir futuros delitos; identificar patrones inusuales en las redes informáticas y detectar amenazas cibernéticas antes de que se produzcan ataques, y analizar actividades en redes sociales para detectar amenazas potenciales, identificar movimientos de grupos delictivos o prever disturbios.
Con información de EnRedacción.