Llegué a Las Heras por subirme a un viaje Patagónico. Esta ciudad surgió en 1909, era la última parada del ferrocarril santacruceño. Hace años había leído sobre jóvenes que se quitaban la vida en esta estepa, y hoy me encontré con una comunidad que trabaja para cerrar la herida del estigma.

Las Heras se encuentra en el centro de Santa Cruz, entre el mar y la cordillera, sus paisajes son distancias enormes con coirones, pequeños arbustos que resisten el frío y el viento.
En su mayoría, las personas son trabajadoras del petróleo, docentes o estatales. Se conocen entre todos, como pasa en todas las localidades pequeñas. Por eso, cuando sucede algún hecho traumático, impacta en toda la sociedad.
El año 2005 sería un punto de inflexión para esta ciudad, la publicación del libro «Los suicidas del fin del mundo», de la periodista Leila Guerriero y la publicación en medios masivos sobre la problemática del suicidio en Las Heras, dejaría una herida difícil de cerrar.
Pero el dolor de un pueblo por las pérdidas de sus habitantes y el estigma de ser llamados «la capital del suicidio adolescente», motorizaría políticas de salud mental pioneras a nivel nacional.

Responder a una demanda social
Recorro Las Heras con maestras jardineras, algunas jubiladas y otras en actividad, me cuentan algunos casos que las marcaron, estudiantes que ya no están…por eso, celebran que se haya inaugurado el Centro Municipal de Abordaje Integral del Suicidio (CEMAIS).
Desde el 2024, este espacio brinda apoyo y prevención a todas las personas que lo necesiten. Cuentan con un equipo de especialistas dedicados a ofrecer ayuda profesional y confidencial, de manera gratuita.
Me consiguieron audiencia con Julián Sauco, secretario de gobierno del municipio, así que llego y me anuncio en la recepción. Lo primero que noto, es que persona que entra al edificio, persona que saluda a alguien. Me recuerda a la ciudad donde me crie en Córdoba.

«Somos una ciudad chica, nos conocemos todos, los casos que ha habido afectan a toda la comunidad porque siempre hay un allegado, directa o indirectamente a cada caso. Se creó el mito de que estamos primeros en el ranking de suicidios y no es así, más allá de que la problemática sea real», dijo el funcionario.
Sauco destacó que la gestión actual atacó el problema de raíz: pusieron a disposición un edificio para poner el CEMAIS, contrataron a profesionales capacitados, otorgaron los recursos necesarios para el funcionamiento, etc.
«Podríamos haber esperado que el ministerio de Salud se hiciera cargo, pero hay una realidad urgente, somos una ciudad chica, y el municipio es centro de todo, nos toca responder a la demanda de la sociedad por más que no lo haga Provincia o Nación», comentó.

Un proyecto de un nacido y criado en Las Heras
Marcos Olave, licenciado en psicología, diplomado en suicidiología de la universidad de Flores, es el director del CEMAIS y autor del proyecto.
Olave critica las publicaciones que hicieron conocido a Las Heras como la «capital del suicidio adolescente», considera que fueron estigmatizantes y no siguieron las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para comunicar sobre la problemática del suicidio.
En esa línea, junto a Sauco me cuentan más sobre este proyecto de vanguardia en salud mental.

«Paradójicamente, las publicaciones que nos pusieron en foco de la tormenta generaron un factor protector en Las Heras, porque cuando propusimos CEMAIS, empezamos a trabajar de muchas formas, con documentales, actividades, y la gente se copó porque había un agujero gigante que dejó esa estigmatización», enfatiza Marcos.
El especialista explica que el suicidio es una problemática multicausal que requiere de un abordaje intersectorial e interdisciplinario, es decir, trabajar solo el suicidio estaría mal hecho.
Olave señala que hay muchos factores de riesgos presentes en el suicidio, particularidades en cualquier comunidad, historia de vida o persona. Por eso, para poder prevenir o minimizar riesgos se necesitan estrategias genuinas, «hay que trabajar de manera intersectorial, sistemática, sostenida y con objetivos».
Un centro único en su tipo
CEMAIS es un dispositivo municipal que cumple con los objetivos de la Ley Nacional 27130, de prevención del suicidio, cuyos mentores Ernesto Páez y Martín Alvarez, fueron a Las Heras a capacitar profesionales para el centro.
«El punto de inflexión es que es una gestión municipal está cumpliendo los objetivos de la normativa que deberían venir de los Ministerios Provinciales y Nacionales», resaltó Marcos.
Esto significa que el CEMAIS presta atención, capacitación, prevención y posvención – toda acción que se realiza después de un suicido consumado para disminuir la afectación del entorno, de las personas que han sufrido esas pérdidas-.

Todas sus acciones son gratuitas, desde la admisión, siguiendo la Ley de Salud Mental, formando un equipo interdisciplinario – con psicólogo, psiquiatra, licenciada en educación y terapista ocupacional-, para personas que atraviesan la problemática de suicidio o están en una situación de riesgo.
«Se está logrando la desestigmatización, si bien no se puede medir, se empieza hablar, y la gente empieza a buscar ayuda, por ejemplo, que nos escuchen en las radios y un chico nos diga ‘un amigo está en esa, a donde lo mandó'», dijo el directos del centro.
«La persona que quiere quietarse la vida es porque no está pudiendo vivir esa vida, esta sufriendo de una manera inconmensurable. Entender eso, es ponerse en el lugar de quien sufre y tratar de brindarle algo de eso que no pudo tener hasta ahora, o sea, una alternativa para la vida», concluyó el especialista.
Sanar las heridas
Me despido de los entrevistados. Dos habitantes de Las Heras que impulsaron un centro de vanguardia en el medio de nuestra Patagonia, esa tierra rica y muchas veces incomprendida.
Mientras el frío me pega en la cara, entiendo un poco más la importancia de fortalecer los lazos sociales. En épocas de individualismos salvajes, un Estado que garantice el acceso a la salud mental puede marcar la diferencia en los proyectos de vida de las personas.